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Hipótesis de Integridad Léxica

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La Hipótesis de Integridad Léxica (HIL) o Principio de Integridad Léxica es una hipótesis en lingüística que establece que las transformaciones sintácticas no se aplican a subpartes de palabras. Funciona como una restricción a la gramática transformacional.

Las palabras son análogas a los átomos en que, desde el punto de vista de la sintaxis, las palabras no tienen ninguna estructura interna y son impenetrables mediante operaciones sintácticas. Las ideas de esta teoría son complicadas cuando se consideran los niveles jerárquicos de formación de palabras y la amplia variación en la definición de lo que constituye una palabra y cuando se insertan palabras.

Los lingüistas han propuesto diferentes teorías para refinar aún más esta teoría con el fin de dar cuenta de los desafíos interlingüísticos a la hipótesis de integridad léxica. Dos lingüistas, Joan Bresnan de la Universidad de Stanford y Sam Mchombo de la Universidad de California, Berkeley, mantienen la idea de que las palabras son unidades inanalizables; Bresnan y Mchombo (1995) reevalúan esta teoría utilizando evidencia de Bantu para resolver las aparentes violaciones de los clíticos de la Hipótesis de Integridad Léxica. Concluyeron que los clíticos y sus anfitriones de palabras prosódicas son entidades separadas, estipulando así que la hipótesis no gobierna la palabra prosódica, sino más bien, la palabra morfosintáctica.

Esta hipótesis es incompatible con los endoclíticos, que se afirma que existen, p. en el idioma Udi.

También es incompatible con Arrernte, un idioma que se habla en el área de Alice Springs en Australia. Según se informa, Arrernte tiene 'separación inicial' donde "las dos primeras, o raramente tres sílabas de un verbo pueden separarse opcionalmente del resto del verbo. El material interviniente parece estar limitado a partículas, clíticos, pronombres y NP simples". (Henderson 2002)

Historia[editar]

La Hipótesis de Integridad Léxica es un subconjunto de la Hipótesis Léxica, que establece que la morfología y la sintaxis no interactúan, con el resultado (entre otros) de que algunas operaciones sintácticas no pueden acceder a estructuras internas de palabras.

Esta teoría parece no tener una fuente única de donde se origine. No hay persona que acuñe la Hipótesis de Integridad Léxica, ni parece haber una definición singular; y, sin embargo, muchos lingüistas hacen referencias, enmiendas y cuestionan este concepto definido de manera nebulosa y extraoficial, lo que potencialmente plantea problemas para la falsabilidad de esta teoría. La hipótesis parece surgir del consenso de que existe un fenómeno que, de manera general y translingüística, impide o limita significativamente la interacción entre sintaxis y morfología.

Aunque no se menciona por su nombre, los comienzos teóricos más tempranos de la Hipótesis de Integridad Léxica parecen ser de Siegel (1974), mientras que el lingüista Andrew Carstairs-McCarthy lo atribuye de manera interesante a Bresnan & Mchombo (1995), aunque Los mismos Bresnan y Mchombo se refieren al Principio de Integridad Léxica como un concepto dado dentro del canon lingüístico.

Si bien hoy en día son teorías generalmente distintas, históricamente se hace referencia a la HIL de manera intercambiable con la Hipótesis Lexicalista, haciendo que el origen de la Hipótesis de Integridad Léxica como un concepto distinto de la Hipótesis Léxica sea difícil de precisar.

Sin embargo, Bruening (2008) atribuye la hipótesis Lexicalista, de la cual la Hipótesis de Integridad Léxica es un subconjunto, a Chomsky (1970).

Interacción entre sintaxis y morfología: variaciones teóricas[editar]

Uno de los mayores desafíos para definir la Hipótesis de Integridad Léxica es identificar el dominio que gobierna la sintaxis, el dominio que gobierna la morfología y cómo interactúan estos dos constructos. Las preguntas que se deben considerar, por ejemplo, son qué constituye una palabra y el punto en el que la inserción léxica se fusiona con las operaciones a nivel de oración. Di Sciullo y Williams (1987) se utiliza con frecuencia como base para muchas exploraciones de la Hipótesis de Integridad Léxica. En este libro, los lingüistas Anna Maria Di Sciullo y Edwin S. Williams exploran el concepto de atomicidad de la palabra, así como el encuadre de la sintaxis dentro de la idea de una "forma de oración" en la que las oraciones son marcadores de posición esqueléticos de elementos léxicos, como listemes, que son componentes léxicos que se almacenan en el léxico en contraposición a los generados por reglas.

Geert Booij (2009) redefine la Hipótesis de Integridad Léxica como un principio que excluye dos interacciones entre sintaxis y morfología: (i) tener acceso a la estructura interna de la palabra, y (ii) ser capaz de manipular partes de la estructura interna de la palabra, donde la manipulación es el movimiento sintáctico, o la escisión de una palabra constituyente. Afirma que para que una unidad léxica sea una palabra, la imposibilidad de tal manipulación es un requisito necesario. Esta prohibición de movimiento puede servir como prueba para averiguar si una secuencia de morfemas es una palabra o un compuesto de frase.

Rochelle Lieber, lingüista de la Universidad de New Hampshire y Sergio Scalise de la Universidad de Bolonia proponen la idea de un principio de acceso limitado en el que no existe un muro rígido entre la división de sintaxis y morfología. Más bien, hay un filtro figurativo que permite algunas operaciones sintácticas en elementos léxicos. Esto se evidencia por el hecho de que los lenguajes permiten que las estructuras sintácticas se "degraden" a palabras, ya que las frases sintácticas se pueden fusionar en elementos léxicos con el tiempo.

Los profesores Antonio Fábregas de la Universidad de Tromsø, Elena Felíu Arquiola de la Universidad de Jaén y Soledad Varela de la Universidad Autónoma de Madrid utilizan el concepto de Dominio Morfológico Local en su discusión de la Hipótesis de Integridad Léxica, en la que las palabras tienen múltiples ramificaciones binarias capas compuestas de raíces y proyecciones funcionales, con las capas más profundas de la jerarquía morfológica demasiado lejos para que la sintaxis las vea y solo la cabeza superior de este árbol morfológico de múltiples capas tiene la capacidad de transmitir información.

Además, algunas teorías de la sintaxis parecen ser incompatibles con la hipótesis de la integridad léxica, como el minimalismo. Lieber y Scalise argumentan que la versión de Chomsky del minimalismo estricto requiere que los elementos léxicos estén completamente formados antes de entrar en operaciones sintácticas.

Sin embargo, Dikken (2002) propone que los enfoques sintáctico y lexicalista pueden conciliarse mediante un enfoque de verificación. La verificación asume que las palabras están integradas en el léxico y las subpartes de estas palabras tienen características adjuntas. Luego, estas características se verifican para encontrar características coincidentes dentro de los encabezados funcionales de las estructuras sintácticas de las que forman parte las palabras. Dikken afirma que la sintaxis no solo se refiere a la estructura interna de las palabras; también analiza las propiedades de las subpartes de palabras complejas.

Teoría[editar]

La regla inglesa de la cabeza de la mano derecha (RHHR)[editar]

En inglés, la regla de la cabeza de la mano derecha (RHHR) proporciona evidencia de la división entre la sintaxis y el elemento léxico. Las propiedades del encabezado de la palabra, que en inglés tiende a ser el elemento más a la derecha, determina las propiedades de la palabra. La lente de la sintaxis no puede ver ningún otro elemento en la palabra que no sea la cabeza. En compuestos, por ejemplo, una palabra como invernadero se compone del adjetivo, verde y el sustantivo, casa. La RHHR dicta que la cabeza de la palabra proviene del elemento más a la derecha, que es un sustantivo. Como resultado, las propiedades del adjetivo verde son invisibles para la sintaxis. Aunque se ilustra más fácilmente con compuestos, el RHHR también puede extenderse a palabras complejas y sus respectivos sufijos.

Cinco pruebas de integridad léxica: Bresnan y Mchombo[editar]

Bresnan y Mchombo (1995) identifican cinco pruebas de integridad léxica que se describirán a continuación: extracción, conjunibilidad, espacios, islas anafóricas entrantes y recursividad de frases. Los ejemplos siguientes son paralelos a los descritos por Bresnan y Mchombo (1995).

Extracción[editar]

Las operaciones sintácticas están excluidas del movimiento, tales como extraer y reubicar (como en la topicalización) constituyentes morfológicos.

Han estado consumiendo té [té de burbujas con leche] desde la escuela secundaria.
a. Té de burbujas con leche, que consumen desde la secundaria.
b. * Leche, que han estado consumiendo ____ té de burbujas desde la escuela secundaria.
c. * Té de burbujas con leche, que lo consumen desde la secundaria.

Conjuntabilidad[editar]

Las categorías funcionales no experimentan derivación morfológica, como lo demuestran las fallas en las pruebas de coordinación: las categorías sintácticas pueden coordinarse, pero las raíces y los afijos no.

Gabriel sobrevivió y superó a su padre.
* Gabriel sobrevivió y jugó con su padre.

Se espera la seriedad y la tontería de Sebastián de los niños de cinco años.

* Se espera la seriedad y la tontería de Sebastian de los niños de cinco años.

La prueba de espacios[editar]

La prueba de espacios muestra que la sintaxis es incapaz de "ver" dentro de los constituyentes morfológicos.

A Hannah le gustaba la biblioteca y a Oliver la librería.
* A Hannah le gustó la biblioteca y Oliver lo dis.

Islas anafóricas entrantes[editar]

Las frases pueden contener pronombres que funcionan como anáforas (refiriéndose a un referente anterior) o deícticos (refiriéndose a una entidad destacada), palabras derivadas y compuestos no pueden, y actúan como "islas anafóricas", separadas de la referencia externa.

Arperita

* him-ita

Recursividad de frase[editar]

Esta prueba de integridad léxica resalta cómo los compuestos de frase pueden parecer penetrables por operaciones sintácticas, pero de hecho se han lexicalizado. Estas entradas léxicas tienen la apariencia de citas figurativas. Spencer (1988, 1991) apoya la HIL a través de ejemplos como un flautista barroco o un gramático transformacional que parecen carecer de contrapartes conceptuales, como un flautista de madera o un gramático parcial.

Criticas[editar]

Muchos teóricos han generado ejemplos que parecen restar valor a la fuerza de la Hipótesis de Integridad Léxica. La LIH depende en gran medida de lo que constituye una palabra o frase, y las violaciones a la integridad léxica pueden ocurrir en cualquier idioma dado con la forma en que se definen.

Por ejemplo, Haspelmath & Sims (2010) examina el húngaro con respecto a palabras como meg-old [PFV-SOLVE] que se usan en la formación de sustantivos deverbales y adjetivos. [1] Haspelmath y Sims observan que las construcciones que involucran a meg tienden a ser palabras simples:

meg-old 'resolver'

meg-old-ás 'solución'

meg-old-hatatlan 'insoluble'

Sin embargo, también notaron que meg se separaba de sus afijos en ciertos contextos:

Pál meg-old-ott-a a problémá-t.

Paul PFV-SOLVE-PST-DEF.3SG el problema-ACC

'Paul resolvió el problema'.

Pál nem old-ott-a meg a problémá-t.

Paul no SOLVE-PST-DEF.3SG PFV el problema-ACC

'Paul no resolvió el problema'.

Haspelmath y Sims argumentan que la LIH no se viola en los datos anteriores si piensan en megoldotta como una construcción perifrástica, en la que meg y oldotta están en nodos sintácticos separados. [27] Suponiendo que una "palabra" aquí no es una "forma generada morfológicamente", sino "nodos sintácticos terminales", una noción adoptada por Ackerman y Lesourd (1997), no se violará la integridad léxica. Sin embargo, definir lo que es una palabra parece ser un proceso específico del lenguaje, y el desafío surge de tratar de etiquetar LIH como universal.

Según Lieber (1992), los compuestos de frase, especialmente debido a su productividad, proporcionan una fuerte evidencia en contra de la Hipótesis de Integridad Léxica. Los compuestos de frase, argumenta, deben al menos tener en cuenta las categorías de frase generadas por la sintaxis. Como ejemplo, el posesivo en inglés se adjunta al final de un DP en el siguiente ejemplo (que es paralelo a los descritos en su libro), cuando la interpretación más rigurosa de la LIH predeciría que se adjuntaría al final de un sustantivo léxico.

DP [La persona que cayó] conmoción cerebral

Corgis de DP [La Reina del Reino Unido]

El lingüista Andrew Spencer de la Universidad de Essex amplía esta idea y sugiere que hay evidencia, particularmente en palabras derivadas en lenguas romances y holandés de que la morfología se hace eco de la sintaxis de una lengua.

Bresnan y Mchombo (1995), sin embargo, explican los compuestos de frase argumentando que los compuestos de frase son entradas léxicas. Esta propuesta contradice a Hohenhaus (1998), quien sostiene que existen algunos compuestos phrasal que no son lexicalizables, como las palabras nonce que se acuñan espontáneamente una vez y en contextos limitados, como las conversaciones. Sin embargo, incluso Lieber ha suavizado desde entonces su fuerte posición contra la Hipótesis de Integridad Léxica.

Spencer (2005) identifica otra aparente violación de la HIL en los siguientes ejemplos: economía de antes y hasta cierto punto de posguerra, pro en oposición a anti-guerra, e hipo y no hiperglucémica. Sin embargo, también señala que actualmente existe una gran variabilidad, y en muchos aspectos, imprevisibilidad, en el tipo de situaciones que permiten la coordinación de prefijos de esta manera.

Bruening (2018) sostiene que la sintaxis phrasal tiene acceso a la estructura morfológica de las palabras. Hay casos evidentes de coordinación de prefijos como el que se muestra a continuación de Chaves (2008: 264):

La Francia pre- y post-revolucionaria eran muy diferentes entre sí.

Los defensores de la HIL argumentan que tales ejemplos son frases coordinadas subyacentes (* Francia pre-revolucionaria y Francia post-revolucionaria *) con puntos suspensivos de material repetido, lo que lo convierte en un fenómeno fonológico y no sintáctico. Sin embargo, los siguientes ejemplos demuestran que la elipsis debe apuntar a constituyentes morfológicos y no solo a cadenas fonológicas idénticas. En otras palabras, puede acceder a la estructura morfológica dentro de las palabras, contradiciendo directamente la HIL.

Puede mezclarlo previamente o volver a mezclarlo.

* Producen productos cranber- y dai-ry.

Bing y Sidney Crosby (no son parientes).

* La sala estaba llena de jugadores de bing y bon-go.

Un lenguaje que parece violar la HIL en cuanto a sus complejos predicados es Arrernte, como observa Henderson (2002). Los predicados complejos en este lenguaje pueden tener morfemas no verbales interviniendo dentro de los constituyentes, por ejemplo: arrernelheme se divide por la palabra akewele ('supuestamente').

arrern+elh+eme akewele

lugar+REF+PRES SUPPO

arrerne akewele lh+eme

colocar SUPPO REF+PRES

'supuestamente sentarse'

Referencias[editar]

Ackema, Peter; Neeleman, Ad (2002). "Syntactic_Atomicity" Journal of Comparative Germanic Linguistics. 6 (2): 93–128. doi:10.1023/a:1023602928159

Ackerman, Farrell; Lesourd, Phil (1997). Toward a lexical representation of phrasal predicates. In Alsina, Alex, Bresnan, Joan, and Sells, Peter (eds), Complex predicates. Stanford, CA: CSLI, 67-106.

Booij, G. (2009). Lexical Integrity As A Formal Universal: A Constructionist View. Studies in Natural Language and Linguistic Theory Universals of Language Today. 83-100. doi:10.1007/978-1-4020-8825-4_5


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