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Espiritismo en Puerto Rico

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Espiritismo en Puerto Rico

Historia[editar]

El espiritismo fue introducido en Puerto Rico en la década de 1860 ,.[1] [2][3] Para ese tiempo Puerto Rico era una colonia de España, y la religión oficial era el Catolicismo. El ambiente político se caracterizaba por la represión de los derechos civiles. Sin embargo, un buen número de puertorriqueños de clase media tuvo la oportunidad de ir a estudiar a Europa y allí fueron influenciados por los libros de un educador y filósofo francés que escribía bajo el seudónimo de Allan Kardec (1804-1869). A Kardec se le considera el padre del espiritismo debido a que fue responsable de recopilar la doctrina espiritista en una serie de libros. Al regresar este grupo de intelectuales puertorriqueños, empieza a propagarse el ideal espiritista en la Isla.

Las obras espiritistas tales como el Libro de los Espíritus y el Libro de los Médiums adquirieron mucha popularidad entre la comunidad intelectual puertorriqueña básicamente porque en ellas se predica el ideal de igualdad y justicia social. Algunos líderes puertorriqueños como Rosendo Matienzo Cintrón y Manuel Corchado y Juarbe se interesaron por la filosofía espiritista e hicieron referencias a la doctrina espiritista en sus discursos dirigidos a la comunidad puertorriqueña.

Al principio, los grupos espiritistas tuvieron que organizarse secretamente porque el gobierno español pensaba que estaban afiliados a grupos revolucionarios. Debido a esto, algunos espiritistas fueron perseguidos y arrestados por el gobierno español.[4] Los periódicos del país publicaron artículos en donde el espiritismo se describía como “un cáncer social abominable” y causante de enfermedades mentales. En el 1875 el Boletín Mercantil, un periódico del gobierno, reportaba que el espiritismo estaba “invadiendo” la Isla[5] (Cruz Monclova, 1952, p.643). A los espiritistas se les negaba sacramentos tales como el bautismo y el matrimonio.

A pesar de la represión, el movimiento espiritista creció rápidamente y varios centros espiritistas fueron organizados en diferentes partes de la Isla. El primer centro espiritista se fundó en la década de 1860 cerca de Puerta de Tierra.[6] . Durante las últimas dos décadas del siglo 19, los grupos espiritistas promovieron reformas en las áreas de la educación, la salud y la política. Como parte de estas reformas organizaron bibliotecas y publicaron un número significativo de periódicos. Los líderes espiritistas consideraban que el estudio del espiritismo era esencial para el crecimiento intelectual y moral de la comunidad puertorriqueña. En el 1873 Manuel Corchado y Juarbe presentó un proyecto en las Cortes Españolas recomendando que se estudiara el espiritismo en escuela secundaria (Rodríguez Escudero, 1978).

Los grupos espiritistas trabajaron también para mejorar los servicios de salud creando varios hospitales alrededor de la Isla. Se involucraron en la lucha por obtener reformas sociales y políticas. Por ejemplo, en 1888 un grupo de espiritistas envió delegados al Primer Congreso de Espiritistas celebrado en Barcelona con el propósito de condenar el abuso y la represión del gobierno español. Algunos líderes espiritistas como Matienzo Cintrón y Emeterio Bacon fueron también políticos prominentes que tenían el compromiso de lograr más libertad y justicia para los puertorriqueños.

En el 1898, Estados Unidos invade a Puerto Rico tomando posesión de la Isla. Este evento ocurrió seis meses después de que España le concediera un gobierno autónomo a la Isla. Bajo el domino de los Estados Unidos, Puerto Rico volvió a convertirse en una colonia oprimida.

El espiritismo continuó su crecimiento en la Isla, y en 1903 un grupo de espiritistas fundó la Federación de Espiritistas de Puerto Rico. Esta organización se dedicó a promulgar el espiritismo y promover la cohesión de los centros espiritistas. La Federación empezó a organizar convenciones anuales en las cuales los espiritistas ofrecían conferencias y discutían el desarrollo del Espiritismo en la Isla.

En el 1905, la Federación aprobó un comité con el propósito de organizar centros espiritistas en la Isla (Rodríguez-Escudero, 1978). Las recomendaciones desarrolladas por este comité fueron las siguientes:

1. En los centros se ofrecerán conferencias sobre temas psicológicos y morales.

2. Cada centro debe ser dirigido por personas competentes.

3. Los centros deben tener escuelas para la enseñanza de la escritura y la lectura.

4. Cada centro debe tratar de tener un hospital para el cuidado de los niños huérfanos y los ancianos.

5. Cada centro debe tener una biblioteca.

6. Los centros deben convertirse en escuelas basadas en principios racionalistas y laicos.

Como se puede apreciar, la Federación recalcaba la educación de los espiritistas y el principio de que el Espiritismo no debía ser prácticado como religión.

En el 1913, un dentista llamado Francisco Ponte se convirtió en el presidente de la Federación. Ponte es considerado el primer parapsicólogo puertorriqueño. Llevó a cabo varios experimentos con una médium y los reportó a la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica.

Para el 1923, Ponte escribió que habían alrededor de 150 centros espiritistas en la Isla que estaban incorporados a la Federación. Sin embargo, algunos años más tarde la Federación empezó a experimentar una crisis administrativa debido a la falta de liderato y la indiferencia de los centros espiritistas hacia el pago de cuotas (Rodríguez-Escudero, 1978). La crisis de la Federación fue también producida por desacuerdos entre sus líderes en relación a la concepción del espiritismo como ciencia o como religión. Por ejemplo, de acuerdo a líderes espiritistas como Telesforo Andino (1937), el espiritismo debe ser concebido como la religión de la ciencia. Andino consideraba que la religión tenía una función positiva en el desarrollo de la humanidad. Por otro lado, William Colón (1955) creía que considerar el espiritismo como una doctrina religiosa estaba en contra de su carácter científico. Para Colón la religión es el mayor enemigo de la humanidad.

El espiritismo en Puerto Rico se inició como un movimiento de clase media dirigido por puertorriqueños intelectuales y de orientación académica. Ellos se interesaron en el espiritismo atraídos por un sistema filosófico que proveía una doctrina orientada al desarrollo social y moral del individuo. Sin embargo, existía otro grupo de puertorriqueños, generalmente de la clase pobre, que se interesaron en el espiritismo por razones diferentes. La clase pobre puertorriqueña encontró que el espiritismo se ocupa de temas pertinentes a sus vidas tales como el valor de sufrir con resignación. Kardec enfatizó en sus libros que en la vida hay pruebas que uno tiene que pasar con resignación para lograr la perfección moral. Esta idea era muy atractiva para un gran número de puertorriqueños que estaban tratando de encontrarle significado al régimen opresivo de España.

Otro elemento que promovió la aceptación del espiritismo en la clase pobre puertorriqueña fue su orientación cristiana. Kardec recalcó siempre que no existía ningún conflicto entre la Biblia y la filosofía espiritista. Mas aún, el escribió un libro sobre como la Biblia está de acuerdo con principios espiritistas tales como la reencarnación y la comunicación con los espíritus (El Evangelio Según el Espiritismo). Relacionado a esto tenemos que considerar que Kardec nunca consideró al espiritismo como una religión, lo cual tenía como resultado que los puertorriqueños no experimentaran disonancia en ser al mismo tiempo espiritistas y Católicos. Ellos no tenían que dejar de ser Católicos para convertirse en espiritistas. El hecho de que la Iglesia Católica acepte que es posible comunicarse con ángeles guardianes y santos facilitó la legitimación de las prácticas espiritistas entre los Católicos puertorriqueños.

Finalmente, uno de los mayores factores que contribuyeron a la popularidad del espiritismo en la clase pobre fue su énfasis en la realidad del mundo espiritual y en la necesidad de sacrificar la satisfacción y el placer para mantenernos enfocados en las metas espirituales.

Todos los factores mencionados anteriormente pueden ayudarnos a explicar por qué el espiritismo, en vez de permanecer como un movimiento de la clase media , empezó a ser practicado por la comunidad puertorriqueña no privilegiada para resolver sus problemas de salud. Este grupo de puertorriqueños empieza a practicar un espiritismo que no es el que predicaba Kardec en sus libros sino que integran al espiritismo elementos de la medicina folclórica conocida por ellos. Es decir, sincretizan al espiritismo con ideas del catolicismo popular, el curanderismo, la medicina de plantas y otras prácticas de sanación popular. El producto de esta sincretización es lo que llamó en este trabajo el espiritismo folclórico. Esta práctica espiritista es en cierta forma, una creación sociocultural que integra diversas tradiciones religiosas y culturales. A continuación describimos la práctica de este movimiento espiritista.

La práctica del espiritismo en Puerto Rico[editar]

El espiritismo folclórico es el movimiento espiritista más popular en Puerto Rico. Por esta razón, se le ha llamado al médium espiritista el “psiquiatra del pobre”. El evento más importante en la práctica del espiritismo folclórico es la “reunión” o “sesión”, que usualmente se celebra en un sitio llamado centro o templo espiritista. La mayor parte de los centros tienen una estructura física similar. Usualmente, el centro tiene una mesa larga cubierta con un mantel blanco. Esta mesa es ocupada por el líder del grupo y por los médiums que van a colaborar en el trabajo. En la mesa puede haber una copa de agua, flores, cigarros, estatuas de diferentes santos católicos, incienso y otro tipo de parafernalia. Generalmente, el centro está adornado con retratos de Cristo , la Virgen María y otras personalidades religiosas.

Usualmente la reunión espiritista empieza con la lectura del libroEl Evangelio Según el Espiritismo. Otro libro que se usa es laColección de Oraciones Escogidas de Allan Kardec, el cual contiene oraciones para solicitar la presencia de los buenos espíritus, para la educación de los espíritus ignorantes, para la salud de los enfermos, entre otras. Además, en este período también se cantan himnos religiosos.

Después de esta etapa, los médiums se preparan para el “trabajo de causas”. Las causas son las acciones y las influencias de los espíritus ignorantes sobre un individuo. El trabajo de causas es un proceso que envuelve varias dimensiones. Primeramente, el médium identifica el problema del individuo clasificándolo en una de dos categorías o tipos de causas: material o espiritual. Cuando la causa es material el problema no es causado por la influencia de los espíritus, y, la mayor parte de las veces, los médiums refieren a la persona al médico. Ellos también pueden ofrecer un tratamiento basado en el uso de plantas medicinales. Cuando la causa es identificada como espiritual, el proceso de sanación se orienta a educar o darle luz al espíritu que es responsable del problema. El rol del médium es adivinar los síntomas que la persona está experimentando y que son causados por el espíritu. Después de haber hecho esto, el médium se prepara para ser poseído por el espíritu con el objetivo de que se produzca un diálogo entre el espíritu, los otros médiums y la persona afectada. A esta persona que tiene la causa espiritual se le conoce como el “encausado”.

El diálogo con el espíritu tiene dos funciones mayores. Una de ellas es que el espíritu exprese sus sentimientos hacia el encausado y de esta manera se tiene una idea de porqué el espíritu quiere hacerle daño. La segunda función del diálogo es educar o “darle luz” al espíritu ignorante para que no continúe haciéndole daño al encausado. Si el espíritu ignorante decide seguir el consejo de los médiums, entonces es llevado a unas escuelas espirituales en donde continuará recibiendo orientación con el propósito de que comprenda el valor de hacer el bien.

Otra de las actividades que se realizan en la reunión son los llamados “despojos”. El “despojo” es un ritual en donde el médium mueve sus manos alrededor de la persona con el objetivo de librar a la persona de “vibraciones negativas”. Para dar los despojos también se utiliza agua de florida, agua, plantas aromáticas y alcoholado. El médium cree que los espíritus ignorantes traen vibraciones negativas que afectan la salud física y mental de la persona. A través del despojo las vibraciones negativas son sustituidas por vibraciones positivas.

Después de haber trabajado las diferentes causas de los espíritus, la reunión espiritista generalmente se cierra con una oración llamada “Al finalizar la reunión”.

Lo anterior es un breve resumen de los principales eventos en una reunión espiritista llevada a cabo en centros que practican el espiritismo folclórico. Sin embargo, cada centro tiene una forma única de llevar a cabo la reunión.

El texto principal, y más importante para la historia del espiritismo fue publicado por la Academia Puertorriqueña de la Historia, es de la autoría del historiador puertorriqueño Dr. Gerardo Alberto Hernández Aponte, y se titula El espiritismo en Puerto Rico: 1860-1907[7] Una obra medular y de consulta obligatoria y de partida para cualquier estudioso que desee conocer la historia del movimiento en la Isla.

Referencias[editar]

  1. Gerardo Alberto Hernández Aponte, El espiritismo en Puerto Rico: 1860-1907. San Juan, Puerto Rico: Academia Puertorriqueña de la Historia, 2015. .
  2. Cruz-Monclova, L. San Juan, P.R.: Editorial Universitaria. (1952). Historia de Puerto Rico. Editorial Universitaria. 
  3. Koss, J (1977). «Religion and science divinely related: A case history of Spiritism in Puerto Rico». Caribbean Studies, 16(1),22-43. 
  4. El espiritismo en Puerto Rico. Federación Espiritistas de Puerto Rico. 1963. 
  5. Cruz Monclova, L. Historia de Puerto Rico. Editorial Universita. 
  6. Gerardo Alberto Hernández Aponte, El espiritismo en Puerto Rico: 1860-1907. San Juan, Puerto Rico: Academia Puertorriqueña de la Historia, 2015, pp. 128, 330.
  7. Gerardo Alberto Hernández Aponte, El espiritismo en Puerto Rico: 1860-1907. San Juan, Puerto Rico: Academia Puertorriqueña de la Historia, 2015.

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