Benedicto Barbero

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Benedicto Teodoro Barbero Bermejo (Serradilla, Cáceres, 15 de abril de 1879 - Don Benito, Badajoz, 30 de septiembre de 1936) fue un sacerdote español, mártir de la iglesia católica.^[1] En 2015 se abrió una causa para su canonización.^[2]

Biografía[editar]

Nació en 1879 en Serradilla, provincia de Cáceres, en una familia de gran vocación religiosa. Sus padres fueron Demetrio Barbero Álvarez y María Guadalupe Bermejo Obispo, quienes tuvieron cinco hijos.

Cursó sus estudios en el Seminario de Plasencia, Coria, y en la Facultad de Salamanca donde obtuvo la licenciatura en teología.

Ejerció de profesor de metafísica, vicerector y rector del seminario de Plasencia, párroco de Cristina (Badajoz), coadjutor de Miajadas, provincia de Cáceres, notario del Concilio Provincial de Toledo y párroco de Don Benito (Badajoz) que obtuvo en 1919 por oposición y que tenía mayor número de parroquianos de la diócesis de Plasencia.^[3]

Fundó la Juventud Católica en Don Benito en 1933 y, el periódico ABC publicaría: "Se ha celebrado la reunión constitutiva de la Juventud Católica, Habló el arcipreste, don Benedicto Bermejo, quien abrió el ciclo de conferencias que habrán de darse todos los jueves".^[4]

Fue nombrado, junto al Deán y Secretario del Prelado, José Polo Benito, para ejecutar el estudio de las ventajas e inconvenientes del Centro Católico de Plasencia, cuya función era el recreo y esparcimiento para los clérigos.

Durante la guerra Civil Española, a causa de ser sacerdote, fue una de sus víctimas, siendo fusilado en las tapias del cementerio de Don Benito, el 30 de septiembre de 1936.

Sinopsis de la vida y Martirio[editar]

Su temperamento inquieto y su nobleza le distinguía, su comportamiento y talento privilegiado era conocido, por ello el testimonio del Obispo de Plasencia en su tiempo Feliciano Rocha Pizarro en el que decía “sin duda el mejor alumno que tuve en toda mi larga vida docente, el más agudo, el más aprovechado y más rápido“, le conocían por "El brujo de las matemáticas", cursó estudios de filosofía y se Licenció en Teología por la Facultad de Salamanca, siendo ungido sacerdote el 24 de mayo de 1902, su primer destino ministerial fue la Parroquia de Santa Cristina (Badajoz), de allí pasó de Coadjutor a la Parroquia de Santiago en Miajadas.

Por su preparación y sabiduría hizo que le reclamaran en el Seminario de Plasencia como profesor de metafísica y Vicerrector, su humildad fue tal que nunca manifestó prebendas como canonicatos o dignidad catedralicia a pesar de su fama de estudioso, mente privilegiada y profesor eminente como matemático, filósofo y teólogo, no obstante su línea vocacional se inclinaba por los ministerios pastorales, fue cofundador del “Centro Católico“, lugar de recreo y esparcimiento para los clérigos, fundó la Juventud Católica en Don Benito en 1933, al cesar en el cargo de Vicerrector se le nombró Ecónomo de la Parroquia de Santa María en Don Benito (Badajoz) con carácter interino y tras Concurso-Oposición a Parroquia en 1919 se le adjudicó y confirmó como Párroco en Don Benito permaneciendo durante diecisiete años compartiendo con las tareas evangelizadoras con la docencia en colegio público de enseñanza.

En el año 1930 se celebra el Concilio Provincial de Toledo y uno de los miembros de ese Concilio era el Notario Conciliar, cargo que recayó en Benedicto para dar fe auténtica de todo lo tratado, este cargo le permitió dialogar con las Autoridades Eclesiásticas, llegando a ganarse la amistad del Cardenal Pedro Segura, llegándose a comentar su propuesta para una vacante episcopal.

El 18 de julio de 1936 se encontraba al frente de su Parroquia de Santa María de Don Benito, empiezan las primeras noticias confusas, los miedos, las venganzas, las represarías, encarcelamientos, ser católico se considera un delito, empiezan las detenciones a los Sacerdotes y seglares, a Don Benedicto aun siendo muy querido y respetado también le tocó su turno recluyéndolo en su domicilio, pero vigilado, esto parecía tener los visos de esperanza e incluso de indulto pero no fue así el día 6 de septiembre fue trasladado a la cárcel común, según testimonios, las personas que llegaron con la orden de encarcelamiento le sugirieron la idea de ocultarse y que ellos cumplirían diciendo que no estaba en casa. Mas el rechazo la propuesta diciendo “Cuando los judíos fueron a prender a Jesucristo, no se ocultó, sino que presentándose a sus enemigos les dijo “Yo soy”. Y añadió “ Yo debo hacer lo mismo que mi Divino Maestro”.

Dada la flaqueza de su cuerpo, precaria salud y la edad de 58 años cumplidos, se le ofreció la posibilidad de traslado al Hospital de la Cruz Roja con una posible liberación de la muerte, por segunda vez rechazó el ofrecimiento por estar con sus ovejas hasta el final, lo tenía claro estaba dispuesto a cumplir los designios de Dios, alcanzando de esta forma la fama de santo, en vida y en su muerte.

En la tapia del cementerio de Don Benito recibió la descarga mortífera que acabó con su vida, todo esto ocurría el 30 de septiembre de 1936, el cadáver fue hallado separado de los demás, incorporado en un ángulo de los muros del camposanto llevando el rosario pendiente de sus manos sacerdotales.